Una expresión común en la consulta urológica femenina es “tengo mal de orina por esa bacteria”. Este relato se relaciona con frecuencia con la entidad denominada “vejiga hiperactiva”.
La vejiga hiperactiva se define como la presencia de urgencia miccional (deseo imperioso de micción), usualmente asociado con aumento de la frecuencia miccional diurna y nocturna, con o sin incontinencia urinaria de urgencia.
Aunque la vejiga hiperactiva afecta a ambos sexos, las mujeres son las más afectadas, entre el 9% al 43% y la gravedad de los síntomas aumentan con la edad, sobre todo luego de la menopausia.
Muchas de estas pacientes no saben donde acudir, desconocen que la urología es la especialidad médica que tiene la experticia necesaria para conducir a su bienestar.
En vista de ello, cuando es referida al urólogo, es usual que tenga meses o años recibiendo distintos antibióticos por automedicación o indicación médica no urológica.
Esta conducta deriva del reconocimiento en el urocultivo de bacterias, siendo la más aislada Escherichia coli.
Esta tiende a no ser la causante de los síntomas urinarios, es una amiga que te protege contra bacterias agresivas, pero el desconocimiento lleva a “culparla”
De allí la expresión popular “tengo mal de orina por esa bacteria”.
El crecimiento urinario de bacterias en un individuo asintomático (bacteriuria asintomática) es común y corresponde a una colonización. No constituye una infección.
Los estudios clínicos han demostrado que la bacteriuria asintomática puede proteger contra la infección urinaria sintomática super infectante.
El tratamiento con antibióticos debe realizarse sólo en casos de beneficio comprobado para el paciente para evitar el riesgo de resistencia a los antimicrobianos y erradicar una cepa de potencialmente protectora.
Entonces, tenemos muchas pacientes con vejiga hiperactiva que tenian bacteriuria asintomática y ahora ademas infecciones urinarias por bacterias multirresistentes, una bacteria creada.
Se estima que la bacteriuria asintomática ocurre en un 1-5% de las mujeres premenopáusicas sanas. Aumentando a casi el 20% de las mujeres luego de la menopausia. En ancianas institucionalizadas es casi el 50%.
Más importante que conocer el origen, es realizar el diagnóstico correcto, tratamiento oportuno, para restaurar la salud.
Los urólogos también ayudamos a muchas mujeres.
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